sábado, 31 de agosto de 2013

Viejo Fuego.

¿Donde está el cerco de mis pensamientos?
que puedan impedir la huida en bandada
de mis lastimeros pensamientos.

Sueños anudados sobre ramas yertas.
amantes del gélido viento; danza eterna
desprovista de tragedias y de fuego
en las orillas de mi  de éste corazón enfermo de caricias.
Sueños y veneno.

Amor Poético, doloso;
Ardiente como hierro sobre la piel
de ésta cabeza yendo al matadero.
Visiones en mis ojos muertos,
suerte de una catarata congelada sobre mi lienzo.

lunes, 25 de junio de 2012

Pavor.

Amor. Te nombro cada vez que voy cayendo al vacío.
Dolor. Te llevo en el camino y estancia en la cúspide.
Sabor, amargo; el dulce de la miel se fue en una mirada de hastío.
Color, cualquiera, pero opaco: evidencia de lo que será mi estirpe.

Viejo.

Ese viejo andariego que anonimo va por la vida,
apoyando su lento paso en un baston sucio pero firme,
ese viejo mal vestido y con tatuajes de experiencias altivas;
sus arrugas son testigos de este bagaje sublime.

Mudo pasa la serena tarde, escuchando el silbido del viento;
cual fuego que calienta su corazón famelico,
revive ese recuerdo doloso, el amor, ese fatal veneno.
Hinchando de sangre el corazón cansado, esquelético,
da otro paso firme y lento en danza y comunión con el tiempo.

jueves, 10 de mayo de 2012

El vicio virtuoso.

Cuando volteamos a vernos, sentimos el peso de los sueño olvidados,
y también se escapó el deseo profundo por experimentar en la vida.
Ya qué importa si algún día el mundo termina, sólo somo cadáveres respirando,
sin más anhelo que el de recordar una sonrisa.

Traba.

Una mañana despertaré con sangre entre mis dedos;
mi corazón estará tirado en el suelo.
Sobre la cama quedará un vestigio de mi vida,
una pluma llena y una hoja vacía.

domingo, 15 de abril de 2012

Pluma, Fuente.

Quieto y sereno en el centro de mis divagares,
andares solemnes que al tiempo nada valioso parecen.
Entenderse a si mismo es un juego de espadas y mazos;
hermanos de sangre, el hierro y el palo, que de matar son esclavos.

Somos necios cuando gritamos que el uno al otro negamos,
soñando con una reconciliación entre ambos quereres;
menester es seguir aplastando el ego del otro,
por ser represor al instante del habla, aquél que se nombra sereno
y necio es el que impide a la pluma tatuar al papel con este veneno
que encierro en el alma, carente de guarda o gemelo.
Sólo su alter ego soberbio, que lucha y dialoga
a la hora sombría en que los dos pactan tregua y se saben
con hambre de amores y sueños ajenos

martes, 13 de marzo de 2012

De la tormenta.

Efímera tormenta que provocas
el refugio de atemorizados entes,
tu sonrisa cautiva a almas decadentes,
esa música, el choque; del silencio, amante loca.